Mexicali- La Diputada María Yolanda Gaona Medina, al presentar ante el Pleno una proposición relativa a la implementación de un programa integral de recuperación y condonación justa de la cartera vencida dijo que en Baja California el campo enfrenta una situación que no puede seguir siendo ignorada.
En su exposición de motivos dijo que, aunque los productores saben administrar y salir adelante, cada ciclo agrícola se vuelve más difícil porque las herramientas para hacerlo, simplemente no llegan.
El crédito desapareció, los apoyos se redujeron y las instituciones que deberían respaldar al campo, se han vuelto lentas o distantes. Y cuando el financiamiento no llega, la producción se detiene, las cosechas se reducen y el esfuerzo de toda una vida queda suspendido en la incertidumbre.
A ello se suma la profunda preocupación expresada por las y los productores del Distrito de Riego 014, quienes hoy enfrentan una situación cada vez más difícil por la reducción de los volúmenes de agua provenientes del Río Colorado.
Este fenómeno ha limitado la superficie de siembra y encarecido los costos de producción, provocando que muchos agricultores no puedan cultivar la totalidad de sus tierras.
La falta de certeza hídrica se ha convertido en un obstáculo real para la productividad del Valle de Mexicali y en un factor que agrava aún más, la crisis financiera que ya enfrenta el sector agrícola de la región.
Por ello, exhortó al titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del Estado (SADER), y al Fideicomiso Fondo de Garantías Complementarias y Créditos Puente (FOGABAC) a que implementen el citado programa y se reactive el crédito agrícola, y se garantice que los recursos disponibles se traduzcan en financiamiento real y resultados productivos para los agricultores del Valle de Mexicali.
Según expuso Mayola Gaona, los propios productores han documentado que, de las más de 185 mil hectáreas aptas para siembra en el Valle de Mexicali, apenas poco más de 100 mil se encuentran hoy en producción.
En el caso del trigo, cultivo emblemático de este valle, la superficie sembrada se ha desplomado más del 70 por ciento en la última década, y el algodón atraviesa su peor nivel en treinta años. Lo que significa: familias sin ingresos, jornales que se pierden y una economía regional cada vez más frágil.
